Custodio & Llamas (2001) definen un acuífero como un estrato o formación geológica que permite la circulación de agua por sus poros o grietas, haciendo posible que el hombre pueda aprovecharla en cantidades económicamente apreciables para subvenir sus necesidades. El ser humano aprovecha este recurso mediante la perforación de pozos o en la captación de nacientes, que corresponden con un brote superficial de agua subterránea. Existen diversos tipos de acuíferos según sus circunstancias hidráulicas, estructura y comportamiento (González de Vallejo, 2002).
Según su textura:
Acuíferos porosos: deben su permeabilidad a la porosidad entre los granos que componen la roca.
Acuíferos fisurados: su permeabilidad proviene de grietas y fisuras en la roca. Destacan los acuíferos ígneos, como la Formación Colima, en el Valle Central.
Acuíferos cársticos: el agua transita en espacios generados por la disolución de rocas carbonatadas previamente fracturadas.
Según su estructura y características hidráulicas:
Acuíferos libres: aquellos en que el nivel del agua se encuentra por debajo del techo de la formación permeable.
Acuíferos confinados: se encuentran aislados en el subsuelo, rodeados de materiales impermeables. Su nivel de agua se encuentra por encima del techo del material del acuífero, con el agua contenida a presión dentro de la roca.
Acuíferos semiconfinados: los materiales que los rodean no son todos impermeables. Se trata de un sistema hidráulico integrado por un acuífero superior bien alimentado, un paquete semipermeable intermedio y un acuífero inferior semiconfinado.
Referencias
Custodio, E., & Llamas, M. R. (2001). Hidrología subterránea (2° edición). Barcelona, España: Ediciones Omega.
González de Vallejo, L. I. (2002). Ingeniería geológica (1° edición). Madrid, España: Pearson Educación.