¿Qué es un pozo?
Un pozo es un agujero, excavación o túnel vertical que perfora la tierra hasta una profundidad suficiente para alcanzar un recurso, ya sea agua subterránea u otras sustancias, como petróleo (Ordoñez, 2011). Se busca alcanzar un estrato o formación rocosa que se encuentre saturado en el recurso buscado (Tarbuck & Lutgens, 2005).
Los pozos de agua subterránea sirven como depósitos. El agua que satura las formaciones rocosas migra hacia el pozo y de este, puede ser bombeada hacia la superficie. Según la metodología de perforación utilizada los pozos de agua subterránea se pueden clasificar en:
Pozos artesanales: Se trata de los pozos excavados manualmente, utilizando pala y pico. Estos pozos presentan profundidades de unos cuantos metros.
Pozos perforados: Son los pozos que se perforan utilizando maquinaria hidráulica, que tiene una punta perforadora o martillo. Estos pozos alcanzan mayores profundidades que en el caso de los artesanales.
Estructuralmente, un pozo perforado se compone de diferentes partes, como son:
Casetilla superficial: contiene la parte superficial del pozo con su panel controlador y brinda protección sanitaria.
Sello sanitario del pozo: consiste en una chorreada de cemento que se coloca en los primeros metros de profundidad para evitar la filtración de contaminantes al pozo.
Tubería ciega: tramos de tubería en los que no se permite la entrada de agua al interior del pozo.
Rejilla: tubería que presenta aberturas que permiten la entrada de agua al pozo.
Empaque de grava: actua como filtro entre la roca perforada y la rejilla, atrapando los materiales finos que se deben evitar dentro de la estructura del pozo.
Bomba: dispositivo eléctrico que bombea un caudal específico hacia la superficie, a través de la tubería de descarga.
Referencias
Ordoñez, J. . (2011). Cartilla Técnica: Aguas Subterráneas - Acuíferos. Lima, Perú.
Tarbuck, E. J., & Lutgens, F. K. (2005). Ciencias de la tierra: una introducción a la geología física (8° edición). Madrid, España: Pearson Educación.